La sostenibilidad es el mayor imperativo social para las empresas en la actualidad. El crecimiento exponencial del ecommerce de estos últimos años, con el consiguiente aumento de la circulación de paquetes, tanto de ida como de vuelta -devoluciones-, ha puesto en evidencia la obligación de las marcas por minimizar el impacto medioambiental de sus procesos logísticos.
Desde una visión integral de la logística inversa, esta debe servir como herramienta para canalizar medios y alternativas que permitan la circularidad de las compras, algo que va más allá de hablar simplemente de devoluciones. Así, las empresas deben ser conscientes de la utilidad de la logística inversa para articular sus estrategias de responsabilidad medioambiental y mirar de esta forma hacia soluciones circulares.
El incremento del volumen de devoluciones tiene dos consecuencias medioambientales. La primera de ellas, más directa, es el circuito logístico doble que realizan los productos, el del envío y el de la devolución, con las emisiones de CO2 que ello implica. La segunda depende del destino de estas devoluciones: muchas grandes empresas destruyen parte de los productos que se devuelven, sin importar el valor de comercialización del producto objeto de devolución. Ya lo vimos hace poco con Amazon o con los residuos del desierto del Atacama en Chile. Entonces, ¿qué alternativas tienen las marcas? ¿Qué es lo más importante a la hora de poner en marcha sus estrategias de sostenibilidad?
Uso de logística sostenible. Es el punto de partida para muchos retailers. La utilización de flotas sostenibles en el proceso logístico ya no es discutible en el seno de muchas marcas. El tráfico de productos, con sus idas y venidas, es todavía más visible en temporadas altas de ventas como las de estas semanas. Teniendo en cuenta que la logística de las devoluciones puede producir millones de toneladas de CO2 cada año, el uso de flotas sostenibles es fundamental para reducir las emisiones y la contaminación sonora en las ciudades.
El packaging. A la hora de enviar productos, las marcas deberían asegurarse de que el packaging y el embalaje que se utiliza para la entrega pueda volver a ser usado en caso de devolución. La razón es evidente: el empaquetado innecesario que se produce cada año genera miles de toneladas de CO2 y de residuos, no siempre bien reciclado. Por eso es cada vez más frecuente entre los ecommerce entregar productos con un packaging ecofriendly que esté producido desde dos premisas, la de la simpleza y la de su potencial reutilización. En iF Lastmile, sin ir más lejos, utilizamos bolsas compostables 100% ecológicas, fabricadas con materiales de origen vegetal y cuyas tintas son solubles en el agua, sin químicos contaminantes.
Análisis de datos para tomar decisiones inteligentes respecto al stock. Soluciones digitales como el Portal de Devoluciones de iF Lastmile permiten a las marcas contar con información valiosa para tomar decisiones respecto a su stock. Así, pueden reducir la tasa de devoluciones de productos de los que no requieren necesariamente más inventario de la cuenta e identificar también aquellos productos que tienen un mejor rendimiento. Esto no sólo se traduce en una reducción de costes, sino también en una mayor eficiencia y un menor impacto de las operativas internas.
Incentivar la devolución de productos en drop-off o puntos de recogida. Es sencillo: en una devolución a través de una recogida a domicilio, el camino logístico que ha recorrido el producto es doble. Este coste puede ser asumido por la marca o repercutido al comprador, pero también existen alternativas como la devolución presencial a través de drop-off o puntos de recogida, habilitados para reducir los movimientos en transporte de los productos y que, además, ofrecen a los compradores una experiencia de devolución más flexible.
Centralizar los procesos. Cuando un producto se devuelve este suele volver al almacén. En grandes marcas y marketplaces con operativas complejas, esto puede resultar un caos. El punto de partida desde cualquier perspectiva de eficiencia sería que estos procesos se centralizaran en un mismo lugar, reduciendo así los movimientos de mercancía, pero también el riesgo de que los productos se extravíen.
Rutas inteligentes. El diseño de rutas inteligentes que reduzcan el número de movimientos de la mercancía no sólo es útil en términos de sostenibilidad, sino que también ayuda a abaratar los costes logísticos para las marcas. La organización de rutas más favorables para la logística puede reducir la distancia recorrida de productos hasta un 90 %.
Reacondicionamiento de productos y recommerce. Existen alternativas para los productos que se devuelven más allá de convertirlos en residuos. Las soluciones de logística inversa como las de iF Lastmile, al igual que las marcas con las que trabaja y sus partners, buscan dar una segunda oportunidad a las devoluciones a través de canales de recommerce, apostando así por la circularidad.
Reciclaje. Los productos que se devuelven pero no pueden volver al canal de comercialización –ni siquiera a través de un recommerce– tienen una alternativa evidente: el reciclaje. Al no ser estos reacondicionables, las marcas deben contar con soluciones de reciclaje o colaboraciones con recicladoras para dar una salida sostenible a estos productos y evitar así la quema de la mercancía o que termine en un vertedero. Además, a la hora del diseño y de la producción, deberían priorizarse los materiales ecológicos que faciliten su procesamiento.
Desde iF Lastmile apoyamos y trabajamos de la mano con las marcas para dar una segunda vida a los productos en canales de re-commerce propios o a través de nuestros partners, potenciando así la circularidad. En caso de que no sea posible su reacondicionamiento las conectamos con un único objetivo: que el proceso sea 100% circular.