El comercio electrónico ha cambiado el paradigma de las compras y, al mismo tiempo, también el de las devoluciones. El Corte Inglés marcó un antes y un después en la experiencia de cliente con una frase que muchos recordarán: “Si no queda satisfecho, le devolvemos su dinero”. Hoy, lo que fue una propuesta disruptiva y diferencial, es casi la norma. Más aún, las marcas que no ofrecen esa posibilidad, corren el riesgo de verse penalizadas.
La fórmula fue un acierto y el incentivo que suponía para las ventas compensaba el posible perjuicio que podía ocasionar en la depreciación de la mercancía que salía del canal comercial. El nacimiento del ecommerce, su crecimiento y su consolidación como fórmula de consumo obligó a trasladar esa política al entorno online. La experiencia de compra se imponía y el cliente quería que ésta fuera igual que las transacciones físicas.
Sin embargo, según datos de Deloitte, el 20 % de los productos online se devuelve, y esta tasa duplica a la de los artículos que se compran presencialmente. Además, los pedidos devueltos pueden llegar a representar hasta el 40% de las ventas en categorías como moda.
Dos factores que, entre otros, han tenido como consecuencia que el formato haya tenido un recorrido relativamente corto. La insostenibilidad de la logística inversa en el canal digital ha quedado patente y toca replegar. Zara, uno de los gigantes que marcan el rumbo del retail, tomó la iniciativa. Y el resto de marcas han seguido o seguirán su estela. Una de cada dos cobran ya por las devoluciones y el 27% contempla hacerlo, tal y como recoge el Barómetro Veepee-Modaes de Empresas de Moda en España
Y si la forma en que los ecommerce diseñan su logística inversa es fundamental para la experiencia del cliente y, por tanto, en su decisión de compra, tampoco podemos desdeñar el importante impacto que tiene en su cuenta de resultados. Una tesitura que está obligando a muchos ecommerce a rediseñar su política de devoluciones para que, sin penalizar su rentabilidad, siga ofreciendo esa experiencia que demanda el cliente. ¿Cuál es la estrategia a seguir? Como expertos en soluciones de logística inversa en iF Lastmile apostamos por :
Ya sea en el envío o la devolución, ya sea en el canal físico o en online, a fin de cuentas todo el fullfilment tiene que estar orientado al mismo objetivo: garantizar la mejor experiencia de compra. Hasta hace poco, los retailers concentraban todos sus esfuerzos en la primera fase, pero ahora sabemos que las devoluciones son el nuevo caballo de batalla. ¿Están preparados los ecommerce para superarlo?