Más allá de la sostenibilidad, muchas marcas miran ya hacia la circularidad. La industria de la moda, una de las más contaminantes del mundo, no tiene alternativa. Para introducirnos en el mundo de la moda circular, hace unos días organizamos en la sede de iF Lastmile nuestro primer “BreakiFast”, un encuentro en el que reunimos a un nutrido grupo de marcas con Unai Larrauri, Co-Founder de Circular Genie Technologies y partner de iF Lastmile. Esta compañía, fundada a comienzos de 2022, se ha marcado el objetivo de transformar el mundo de la moda desde el punto de vista de la circularidad y el recommerce y quiso contarnos cuál es su propuesta.
Circular Genie ofrece a las marcas un sistema que les permite volverse circulares en vez de lineales. “Las firmas no sólo tienen un problema con los productos que no se venden, sino sobre todo con los que ya se han vendido y han vuelto al almacén. Esto es la circularidad real”, explicó Larrauri, que apuntó que en este mismo sentido se orienta el fin último de Circular Genie.
Es un hecho que la experiencia del consumidor cada vez se alarga más. Las devoluciones y las segundas oportunidades a los productos nos han llevado, a su vez, a ciclos y operativas más complejas, donde las marcas tienen que volcar muchos esfuerzos. Circular Genie, que en este momento se centra fundamentalmente en el calzado, nace precisamente con este propósito, el de ofrecer una solución a la gestión de la fase postconsumo y el postservice.
La propuesta Circular Genie se basa en que el calzado usado o procedente de devoluciones defectuosas pueda volver al canal de venta con la calidad de la primera mano, y de cuyo procesamiento se encarga iF Lastmile. Este, en un contexto de sostenibilidad, es un reto complejo, dado que el recommerce tiene un porcentaje de devoluciones todavía mayor al del ecommerce.
Con este propósito, el servicio que presta Circular Genie gira en torno a tres ejes:
Una vez identificados, los artículos atraviesan un control de calidad para asignarles un tag según su estado –good, better y best– y así poder vender un mismo producto a distintos precios. Es importante, además, que todo el procesamiento se pueda realizar en el mismo punto físico para, en aras también de la sostenibilidad, reducir los movimientos de mercancías, apostando por una operativa logística con menor impacto en el medioambiente.
No obstante, “poner en marcha un programa de circularidad es complejo para las marcas, porque implica muchas variables: procesamiento, trazabilidad, tecnología y operativa (que es lo que iF Lastmile aporta a Circular Genie)”, desarrolla Larrauri. La circularidad, además, tiene consecuencias en la satisfacción del consumidor y en su percepción de la marca, pues cada vez más busca participar de una economía más sostenible. Tanto es así que dos de tres consumidores están dispuestos a pagar más en compañías socialmente responsables, según un estudio de KPMG International.
Cuando un zapato acaba su vida útil a ojos del consumidor esto puede ser por distintas razones. Ahora bien, su destino no siempre tiene por qué ser el mismo. En esto precisamente trabaja la economía circular y en esta línea contempla iF Lastmile su partnership con Circular Genie, que aúnan esfuerzos con el mismo fin: ir un paso más allá de la sostenibilidad en la industria de la moda.