La logística inteligente ya forma parte del presente.
La revolución industrial 4.0 en la que estamos sumidos, como resultado de la aplicación de las nuevas tecnologías a las cadenas de producción, está impulsando también un salto exponencial en el sector logístico. Innovaciones con las que hacer frente a desafíos como el crecimiento continuo del ecommerce, la necesidad de trasladar la experiencia de compra del entorno físico al online y los retos asociados a la gestión de una logística cuyo volumen aumentó un 8,3% más en 2021 y que, de no apostar por modelos más sostenibles, puede tener una gran incidiencia medioambiental.
Además de hacer más eficientes cada una de las fases de la cadena de distribución, la logística 4.0 o logística inteligente está consiguiendo importantes sinergias en la interconexión entre ellas. Así, el sector no solo transporta cada día más paquetes, sino que ha logrado una gran reducción de los plazos medios de envío, una mayor cobertura geográfica y ha incorporado servicios de valor añadido, como el seguimiento de los envíos en tiempo real o la flexibilidad en la elección del lugar de entrega.
La clave está en la aplicación de tecnologías que avanzan hacia la automatización, la predicción de escenarios futuros, la mejora de la conectividad, la movilidad, etc., y de las soluciones en las éstas se concretan como el uso de drones, vehículos autónomos, sensores, Big Data, GPS, RFID, M2M… Algunos de los avances que ya se están aplicando son:
- Integración de plataformas. Las plataformas de gestión logística de última milla se conectan a las plataformas de ecommerce, tanto dentro de las propias compañías como entre éstas y sus proveedores para que el proceso de compraventa esté perfectamente sincronizado con la distribución. Una comunicación eficaz con la que se optimizan recursos para resolver entregas y recogidas más rápidas, mayor control del stock y reducción de espacio de almacenaje, entre otros.
- Control del proceso de manipulado, con la incorporación de tareas mecanizadas y automatizadas, lo que permite agilizar la gestión y el manipulado de los productos e incluso en la preparación de pedidos.
- Monitorización del estado del producto. Las mercancías pueden llevar sensores (etiquetas RFID con sistemas de identificación por radiofrecuencia) que nos advierten de si se ha producido algún cambio de temperatura, humedad o presión que afecte a su calidad.
- Toma de decisiones en tiempo real, al tener una visión completa de toda la cadena de distribución. Esto permite diseñar rutas de reparto y recogida más eficientes, evitando la congestión de tráfico y minimizando las emisiones de CO2.
- Información actualizada para el cliente. El 93% de los compradores esperan recibir información permanente sobre el proceso en el que se encuentra su pedido. De no ser así, para la mitad sería un motivo para penalizar a una marca.
- Atención personalizada al cliente. La logística inteligente está totalmente enfocada al consumidor. Aplicaciones como los chatbots para mejorar la atención al cliente o entregas programadas en franjas horarias reducidas de 30 minutos, gracias al empleo de la inteligencia del dato, son sólo una muestra de las posibilidades que ofrece.
Pero no perdamos de vista otras tecnologías, que todavía se encuentran en fase de desarrollo o pendientes de un marco jurídico favorable como, por ejemplo:
- La extensión de las redes 5G. Su progresiva implantación evitará lagunas aún existentes en determinadas zonas geográficas. A su vez, mejorará la rapidez de transferencia de datos, tan importante para la conexión entre la cadena de suministro, el servicio de transporte y el comercio minorista.
- Entregas autónomas. El uso de drones permitirá llegar de manera más rápida y segura a zonas de difícil acceso, con una importante reducción de costes económicos y medioambientales.
Los retos del sector logístico pasan por mejorar la eficiencia de los envíos, reducir los costes económicos y ambientales, minimizar los riesgos y las incertidumbres y mejorar la calidad en la experiencia del cliente. La logística inteligente está llamada a proporcionar una respuesta ya democratizar la cadena de suministro, haciendo posible que cualquier marca, con independencia de su tamaño, pueda cumplir con las nuevas exigencias del mercado y del consumidor.